Cuidados de la lavanda: Tips y mucho más

Cuidados de la lavanda: Tips y mucho más

La lavanda o también conocida como alhucema, espliego o cantueso, es una de las plantas más queridas y conocidas por su encantador color púrpura y su característico aroma. Ya sea que hayas heredado el amor por las plantas de tu abuela o simplemente te haya fascinado por su belleza, cuidar de la lavanda, aunque parezca difícil, es mucho más sencillo de lo que aparenta. ¿Te gustaría saber cómo mantener tu lavanda sana y hermosa? ¡Sigue leyendo para descubrir todos los secretos del cuidado de la lavanda! 

Historia y características de la lavanda

La lavanda es una planta mediterránea que ha sido cultivada durante siglos por sus múltiples usos, desde la aromaterapia hasta la medicina. Sus flores, de un hermoso color púrpura, no solo son atractivas, sino que también son conocidas por su fragancia tan particular. La planta es perenne y puede crecer en jardines y en macetas, adaptándose a diferentes entornos si se le brinda el cuidado adecuado. 

Cuidados de la planta de lavanda

Humedad y temperatura

La lavanda prefiere ambientes secos y es sensible al exceso de humedad. Es importante asegurarse de que el suelo drene bien para evitar la acumulación de agua que puede provocar el deterioro de sus raíces. Por otro lado, la lavanda prospera en climas cálidos y templados. Puede tolerar temperaturas bajas, pero no soporta heladas intensas. Durante el invierno, si está en una maceta, es recomendable moverla a un lugar protegido. 

Abono y sustrato

Aunque la lavanda no requiere fertilización frecuente, un abono equilibrado aplicado una vez al año en primavera puede ayudar a mantener la planta saludable. Evita los fertilizantes ricos en nitrógeno, ya que pueden fomentar un crecimiento excesivo de hojas a expensas de las flores. 

El sustrato ideal para la lavanda es uno bien drenado y ligeramente alcalino. Puedes mezclar tierra de jardín con arena gruesa o gravilla para mejorar el drenaje. 

Cuidados de lavanda con abono

Luz e hidratación

Te preguntarás ¿Dónde la ubico? La lavanda necesita al menos 6 horas de luz solar directa al día. Ubícala en un lugar soleado para que pueda desarrollarse adecuadamente. 

Otro de los cuidados de la lavanda más importante es sobre el riego. Esta planta es tolerante a la sequía y prefiere suelos más secos. Riega profundamente una vez que la capa superior del suelo esté seca. Durante los meses más calurosos, es posible que necesite riegos más frecuentes, pero siempre asegúrate de no encharcar el suelo, ya que esto puede causar pudrición de las raíces. 

Limpieza de hojas y trasplante

Mantén las hojas de la lavanda limpias de polvo y suciedad para evitar problemas de plagas y enfermedades. Puedes usar un paño húmedo para limpiarlas periódicamente. 

Trasplanta la lavanda cada 2-3 años para renovar el sustrato y permitir un crecimiento saludable. El mejor momento para hacerlo es en primavera. 

Tipos de lavanda

Existen varias especies de lavanda, cada una con sus propias características y cuidados. Entre las más comunes se encuentran: 

Lavándula angustifolia:

También conocida como lavanda inglesa, es muy apreciada por su fragancia y resistencia. Esta variedad es ideal para hacer aceites esenciales debido a su alta concentración de aceites aromáticos. Sus flores son pequeñas y de un tono púrpura claro. Para el cuidado de la lavándula agustifolia tienes que saber que prefiere suelos bien drenados y no necesita riego frecuente 

Lavándula stoechas

Conocida como lavanda española o francesa, tiene flores más grandes y vistosas, generalmente de un púrpura más oscuro con brácteas distintivas en la parte superior que parecen «alas». Esta variedad es más adecuada para climas cálidos y secos y se utiliza frecuentemente en jardines ornamentales. En cambio, los cuidados para la lavándula stoechas se resumen en, menos agua y una preferencia por suelos arenosos. 

Transplanta tu lavanda para mentener el cuidado

Lavándula dentata

Caracterizada por sus hojas dentadas, es muy ornamental. Esta variedad, también conocida como lavanda francesa, tiene un crecimiento compacto y flores de color lavanda claro. Es menos aromática que otras variedades, pero sus hojas dentadas le dan un atractivo adicional. Esta especie requiere podas regulares para mantener su forma compacta y prefiere climas templados. 

Lavándula latifolia

Conocida como lavanda de hoja ancha, tiene flores de color azul intenso y es especialmente resistente a las enfermedades. Esta variedad se utiliza a menudo en la industria de la perfumería. Tolera suelos más pobres y tiene una alta resistencia a las enfermedades, por lo que es ideal para áreas con condiciones menos favorables.

Cuidados de la lavanda en exterior: Preparación del suelo y plantación

Para plantar lavanda, es fundamental elegir el suelo adecuado. La lavanda prefiere suelos bien drenados y ligeramente alcalinos. ¿Cómo mejoro la tierra de mi jardín? Si el suelo en tu jardín es pesado o arcilloso, puedes mejorarlo añadiendo arena o grava para asegurar un buen drenaje. Planta la lavanda en un lugar donde reciba al menos 6 horas de sol al día. Si la cultivas en macetas, asegúrate de que tengan buen drenaje para evitar el encharcamiento. 

Tipos de fertilizantes para Lavanda 

Un punto importante en el cuidado de la lavanda es seleccionar el fertilizante adecuado es esencial para la salud de la lavanda. Los fertilizantes orgánicos, como el compost y el estiércol bien descompuesto, proporcionan nutrientes de liberación lenta, mejorando la estructura del suelo. Los fertilizantes inorgánicos, aunque efectivos, deben usarse con precaución para evitar el exceso de nitrógeno, que favorece el crecimiento de hojas sobre las flores. Optar por un fertilizante equilibrado con bajo contenido de nitrógeno y altos niveles de fósforo y potasio es ideal para promover una floración vibrante. 

¿Qué pH tiene el suelo ideal para Lavanda? 

El pH del suelo es fundamental para el crecimiento saludable de la lavanda. Esta planta prospera en suelos ligeramente alcalinos, con un pH entre 6.5 y 7.5. Para ajustar el pH, puedes usar cal agrícola para aumentar la alcalinidad o azufre elemental para disminuirla. Es fundamental realizar pruebas de suelo regularmente para mantener el pH dentro del rango ideal, asegurando así un entorno óptimo para el desarrollo de la lavanda y una floración abundante. 

Poda y cuidado de la planta de lavanda 

Podar la lavanda es esencial para mantenerla saludable y fomentar un crecimiento vigoroso. La poda se debe realizar una vez que las flores se hayan marchitado, cortando aproximadamente un tercio de la planta. Esto ayuda a evitar que la lavanda se vuelva leñosa y fomenta la producción de nuevas ramas y flores, algo así como un corte de pelo. Además, eliminar las flores marchitas regularmente puede prolongar el período de floración. 

Beneficios de tener lavanda en el hogar

¿Pensaste que eso era todo? La lavanda no solo es hermosa y fragante, sino que también ofrece numerosos beneficios. Su aroma puede ayudar a reducir el estrés y promover el sueño, por lo que tener una planta de lavanda en el dormitorio puede ser muy beneficioso. Además, la lavanda tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias, y sus aceites esenciales se utilizan comúnmente en la aromaterapia y la cosmética 

Plagas y enfermedades comunes: Cuidado de la lavanda

La lavanda, aunque resistente, puede ser atacada por diversas plagas y enfermedades. Entre las plagas más comunes están los ácaros y los pulgones, que succionan la savia de la planta, debilitándola y afectando su crecimiento. Para un correcto cuidado de la planta de lavanda, es efectivo usar insecticidas naturales o jabón insecticida. Otra amenaza es el hongo del botritis, que causa manchas grises en las hojas y flores. Mantener la planta bien aireada y retirar las partes afectadas puede ayudar a prevenir esta enfermedad. Monitorear regularmente la planta asegura una detección temprana y un tratamiento eficaz. 

¿Con qué planta aromática puedo combinar la lavanda?

La lavanda es una planta versátil que combina bien con otras plantas aromáticas. Una excelente opción es el romero, que comparte muchas de las mismas necesidades de cuidado, como el suelo bien drenado y la exposición al sol. El romero no solo complementa el atractivo de la lavanda con su follaje verde y sus pequeñas flores, sino que también es conocido por su uso culinario. Sé lo que estás pensando y sí, ¡vas a poder cocinar y condimentar con romero mientras tu cocina huele a lavanda! 

Existe una gran variedad de aromas y colores que se complementan con la lavanda, y no hay frase que encaje mejor para definir esto que “para gustos, los colores” por eso, te recomendamos echar un ojo a nuestro artículo sobre Plantas aromáticas para jardín: Top 10 en el cual encontraras muchas más opciones para decorar y mezclar como más te guste… 😉 

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